“¿Qué es el hombre sin un ideal? Nada, absolutamente nada: cosa viva entregada a las eventualidades de los seres extraños, y de que todo depende, menos de sí misma; existencia que, como el vegetal, no puede escoger en la extensión de lo creado el lugar que más le gusta, y ha de vivir donde la casualidad quiso que brotara, sin iniciativa, sin movimiento, sin deseo ni temor de ir a alguna parte; ser ignorante de todos los caminos que llevan a mejor paraje, y para quien son iguales todos los días, y lo mismo el ayer que el mañana.” Benito Pérez Galdós